23 de abril de 2007

Bernard Nathanson: Cuando la mano de Dios alcanzó al "Rey del abrorto"


¿Qué puede llevar a un poderoso y reconocido médico abortista a convertirse en un
fuerte defensor de la vida y abrazar las enseñanzas de Jesucristo?
¿Pudo más el peso de su conciencia por la muerte de 60 mil no nacidos o quizás las
muchas oraciones de todos aquellos que rogaron incansablemente por su conversión?
Según Bernard Nathanson, el popular "rey del aborto", su conversión al
catolicismo resultaría inconcebible sin las plegarias que muchas personas elevaron a Dios pidiendo por él. "Estoy totalmente convencido de que sus oraciones fueron escuchadas por Él", indicó emocionado Nathanson el día en que el Arzobispo de Nueva York, el fallecido Cardenal O´Connor, lo bautizó.
Hijo de un prestigioso médico judío especializado en ginecología, el Dr. Joey
Nathanson, a quien el ambiente escéptico y liberal de la universidad hizo abdicar de su fe, Nathanson creció en un hogar sin fe y sin amor, donde imperaba demasiada malicia, conflictos y odio.
Profesional y personalmente Bernard Nathanson siguió durante buena parte de su vida los pasos de su padre. Estudió medicina en la Universidad de McGill (Montreal), y en 1945 se enamoró de Ruth, una joven y guapa judía con quienes hicieron planes de matrimonio. La joven, sin embargo, quedó embarazada y cuando Bernard le escribió a su padre para consultarle la posibilidad de contraer matrimonio, éste le envió cinco billetes de 100 dólares junto con la recomendación de que eligiese entre abortar o ir a los Estados Unidos para casarse, poniendo en riesgo su brillante carrera como médico que le esperaba.
Bernard puso su carrera por delante y convenció a Ruth de que abortase. No la
acompañó a la intervención abortiva y Ruth volvió sola a casa, en un taxi, con una fuerte hemorragia, estando a punto de perder la vida. Al recuperarse -casi
milagrosamente- ambos terminaron su relación. "Ese fue el primero de mis
75.000 encuentros con el aborto, me sirvió de excursión iniciadora al satánico mundo del aborto", confesó el Dr. Nathanson.
Luego de graduarse, Bernard inició su residencia en un hospital judío. Después pasó al Hospital de Mujeres de Nueva York donde sufrió personalmente la violencia del antisemitismo, y entró en contacto con el mundo del aborto clandestino. Para entonces ya había contraído matrimonio con una joven judía, tan superficial como él, según confesaría, con la cual permaneció unido cerca de cuatro años y medio. En esas circunstancias Nathanson conoció Larry Lader, un médico a quien sólo le obsesionaba la idea de conseguir que la ley permitiese el aborto libre y barato. Para ello fundó, en 1969, la "Liga de Acción Nacional por el Derecho al Aborto", una asociación que intentaba culpabilizar a la Iglesia de cada muerte que se producía en los abortos clandestinos.
Pero fue en 1971 cuando Nathanson se involucró directamente en la práctica de
abortos. Las primeras clínicas abortistas de Nueva York comenzaban a explotar el negocio de la muerte programada, y en muchos casos su personal carecía de licencia del Estado o de garantías mínimas de seguridad. Tal fue el caso de la dirigida por el Dr. Harvey. Las autoridades estaban a punto de cerrar esta clínica cuando alguien sugirió que Nathanson podría ocuparse de su dirección y funcionamiento. Se daba la paradoja increíble de que, mientras estuvo al frente de aquella clínica, en aquel lugar existía también un servicio de ginecología y obstetricia: es decir, se atendían partos normales al mismo tiempo que se practicaban abortos.
Por otra parte, Nathanson desarrollaba una intensa actividad, dictando conferencias, celebrando encuentros con políticos y gobernantes de todo el país, presionándoles para lograr que fuese ampliada la ley del aborto.
"Estaba muy ocupado. Apenas veía a mi familia. Tenía un hijo de pocos años y
una mujer, pero casi nunca estaba en casa. Lamento amargamente esos años, aunque sólo sea porque he fracasado en ver a mi hijo crecer. También era un paria en la profesión médica. Se me conocía como el rey del aborto", afirmó.
Durante ese periódo, Nathanson realizó más de 60.000 abortos, pero a finales de 1972, agotado, dimitió de su cargo en la clínica.
"He abortado a los hijos no nacidos de amigos, colegas, conocidos e incluso
profesores. Llegué incluso a abortar a mi propio hijo", lloró amargamente el
médico, quien explicó que a la mitad de la década de los sesenta dejó encinta
a una mujer que lo quería mucho. Ella quería seguir adelante con el embarazo
pero él se negó. Puesto que yo era uno de los expertos en el tema, yo mismo
realizaría el aborto, le expliqué. "Y así lo hice", precisó.
Sin embargo, a partir de ese suceso las cosas empezaron a cambiar. Dejó la clínica abortista y pasó a ser jefe de obstetricia del Hospital de St. Luke´s. La nueva tecnología, el ultrasonido, hacía su aparición en el ámbito médico. El día en que Nathanson pudo observar el corazón del feto en los monitores electrónicos, comenzó a plantearse por vez primera "qué era lo que estábamos haciendo verdaderamente en la clínica".
Decidió reconocer su error. En la revista médica The New England Journal of
Medicine, escribió un artículo sobre su experiencia con los ultrasonidos,
reconociendo que en el feto existía vida humana. Incluía declaraciones como la
siguiente: "el aborto debe verse como la interrupción de un proceso que de otro
modo habría producido un ciudadano del mundo. Negar esta realidad es el más craso tipo de evasión moral".
Aquel artículo provocó una fuerte reacción. Nathanson y su familia recibieron
incluso amenazas de muerte, pero la evidencia de que no podía continuar practicando abortos se impuso. Había llegado a la conclusión de que no había nunca razón alguna para abortar: el aborto es un crimen.
Poco tiempo después, un nuevo experimento con los ultrasonidos sirvió de material para un documental que llenó de admiración y horror al mundo. Se titulaba "El grito silencioso"y sucedió en 1984 cuando Nathanson le pidió a un amigo suyo -que practicaba quince o quizás veinte abortos al día- que colocase un aparato de ultrasonidos sobre la madre, grabando la intervención.
"Lo hizo -explica Nathanso- y, cuando vio las cintas conmigo, quedó tan
afectado que ya nunca más volvió a realizar un aborto. Las cintas eran asombrosas, aunque no de muy buena calidad. Seleccioné la mejor y empecé a proyectarla en mis encuentros provida por todo el país".
Regreso del hijo pródigo
Nathanson había abandonado su antigua profesión de "carnicero humano" pero aún quedaba pendiente el camino de vuelta a Dios. Una primera ayuda le vino de su admirado profesor universitario, el psiquiatra Karl Stern. "Transmitía una serenidad y una seguridad indefinibles. Entonces yo no sabía que en 1943, tras largos años de meditación, lectura y estudio, se había convertido al catolicismo.
Stern poseía un secreto que yo había buscado durante toda mi vida: el secreto de la paz de Cristo".
El movimiento provida le había proporcionado el primer testimonio vivo de la fe y el amor de Dios. En 1989 asistió a una acción de Operación Rescate en los alrededores de una clínica. El ambiente de los que allí se manifestaban pacíficamente en favor de la vida de los aún no nacidos le había conmovido: estaban serenos, contentos, cantaban, rezaban. Los mismos medios de comunicación que cubrían el suceso y los policías que vigilaban, estaban asombrados de la actitud de esas personas. Nathanson quedó afectado "y, por primera vez en toda mi vida de adulto empecé a considerar seriamente la noción de Dios, un Dios que había permitido que anduviera por todos los proverbiales circuitos del infierno, para enseñarme el camino de la
redención y la misericordia a través de su gracia".
"Durante diez años, pasé por un periodo de transición. Sentí que el peso de mis
abortos se hacía más gravoso y persistente pues me despertaba cada día a las cuatro o cinco de la mañana, mirando a la oscuridad y esperando (pero sin rezar todavía) que se encendiera un mensaje declarándome inocente frente a un jurado invisible", señala Nathanson.
Pronto, el médico acaba leyendo "Las Confesiones"de San Agustín, libro
que calificó como "alimento de primera necesidad", convirtiendose en su
libro más leído ya que San Agustín "hablaba del modo más completo de mi
tormento existencial; pero yo no tenía una Santa Mónica que me enseñara el camino y estaba acosado por una negra desesperación que no remitía".
En esa situación no faltó la tentación del suicidio, pero, por fortuna, decidió
buscar una solución distinta. Los remedios intentados fallaban: alcohol,
tranquilizantes, libros de autoestima, consejeros, hasta llegar incluso al
psicoanálisis, donde permaneció por cuatro años.
El espíritu que animaba aquella manifestación provida enderezó su búsqueda. Empezó a conversar periódicamente con el Padre John McCloskey; no le resultaba fácil creer, pero lo contrario, permanecer en el agnosticismo, llevaba al abismo. Progresivamente
se descubría a sí mismo acompañado de alguien a quien importaban cada uno de los segundos de su existencia. "Ya no estoy solo. Mi destino ha sido dar vueltas por el mundo a la búsqueda de ese Uno sin el cual estoy condenado, pero al que ahora me agarro desesperadamente, intentando no soltarme del borde de su manto".
Finalmente, el 9 de diciembre de 1996, a las 7.30 de un lunes, solemnidad de la
Inmaculada Concepción, en la cripta de la Catedral de S. Patricio de Nueva York, el Dr. Nathanson se convertía en hijo de Dios. Entraba a formar parte del Cuerpo Místico de Cristo, su Iglesia. El Cardenal John O´Connor le administró los sacramentos del Bautismo, Confirmación y Eucaristía.
Un testigo expresa así ese momento: "Esta semana experimenté con una evidencia poderosa y fresca que el Salvador que nació hace 2.000 años en un establo continúa transformando el mundo. El pasado lunes fui invitado a un Bautismo. (...) Observé como Nathanson caminaba hacia el altar. ¡Qué momento! Al igual que en el primer
siglo... un judío converso caminando en las catacumbas para encontrar a Cristo. Y su madrina era Joan Andrews. Las ironías abundan. Joan es una de las más sobresalientes y conocidas defensoras del movimiento provida... La escena me quemaba por dentro, porque justo encima del Cardenal O´Connor había una Cruz. Miré hacia la Cruz y me di
cuenta de nuevo que lo que el Evangelio enseña es la verdad: la victoria está en
Cristo".
Las palabras de Bernard Nathanson al final de la ceremonia, fueron escuetas y
directas. "No puedo decir lo agradecido que estoy ni la deuda tan impagable que tengo con todos aquellos que han rezado por mí durante todos los años en los que me proclamaba públicamente ateo. Han rezado tozuda y amorosamente por mí. Estoy totalmente convencido de que sus oraciones han sido escuchadas. Lograron lágrimas para mis ojos".

22 de abril de 2007

Aborto: Contra la muerte mas solidaridad

Licencia para matar
Monseñor Héctor Aguer, Arzobispo de la Plata, recientemente ha denunciado que el Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires mediante la Resolución 304/2007, ha establecido un protocolo para autorizar y practicar abortos.
Una medida tomada en secreto y sin darla a publicidad, ya que fue dictada durante la feria judicial y no fue publicada en el Boletín Oficial.
El MODIN rechaza toda acción que atente contra la vida desde su concepción.
Asimismo creemos que todas estas acciónes y el viento de cola a favor del aborto apunta a destruir el desarrollo social de la comunidad y a la destrucción del espíritu del hombre.
Por un lado tenemos al impresentable Ministro de Salud, Ginés Gonzales García y a legisladoras de todo pelaje que procuran el relajamiento del rechazo de toda la sociedad a la institucionalización del infanticidio, mientras que se desatienden otras vías para resguardar la vida del niño por nacer.
(Ver nota: NOTIVIDA, Año VII, nº 435, 14 de abril de 2007)

Contra la muerte mas solidaridad
Mientras la clase política y el estado ateo pregona la muerte mediante el facilitamiento del aborto, en los Tribunales de la Ciudad de Rosario (Santa Fe) –la segunda ciudad del país- durante 2006, solo se entregaron dos chicos en adopción.
Los jueces aducen que faltan niños para dar, y hay 600 personas que esperan ser adoptantes, muchos menos que la cantidad real de personas solidarias dispuestas a hacerlo pero que se ven disuadidos por el largo trámite burocrático.
Asimismo los jueces se muestran sorprendidos porque las mamás no abandonan a sus hijos.
Nosotros nos animamos a afirmar que la mayor aceptación oficial del aborto y la continúa propaganda a favor de la “libre disposición de sus cuerpos” por parte de las mujeres hace que el “abandono” sea mediante la práctica deleznable del aborto.
(Ver nota: http://www.lacapital.com.ar/2007/04/17/ciudad/noticia_382013.shtml )

Contra la muerte mas vida
El MODIN afirma que existen soluciones alternativas para evitar el aborto, como la adopción simplificada, el subsidio para madres pobres y otras vías posibles, solidarias y humanas.
La diferencia la hace la vocación de los políticos y el interés nacional.
La muerte de fetos no es una conquista de la libertad, sino caer en la miseria de la esclavitud de una vida sin fe


Tcnel (R) Enrique Venturino
Contacto: 011 1552474970 - eventu@arnet.com.ar

El Teniente Coronel (R) Enrique Venturino, como candidato a Jefe de Gobierno


Ante el cambio de la situación política general, donde empiezan a surgir las contradicciones y falacias de este gobierno mentiroso y corrupto y potenciarse los conflictos que han creado en nuestra Patria, la conducción del MODIN CAPITAL FEDERAL ha decidido que su Presidente en el Orden Nacional, Teniente Coronel R Enrique Venturino, sea candidato a Jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires en las elecciones del 3 de junio próximo.
El objetivo es aprovechar esta circunstancia para denunciar ante el Pueblo Argentino los graves riesgos institucionales a los que estos personajes están llevando a la Nación, con el uso permanente de dialécticas de enfrentamiento entre los diferentes sectores que integran la sociedad argentina y que, si no es advertido y detenido, traerá nefastas consecuencias para la paz y el bienestar de todos.

20 años y la casa no está en orden...


Pasaron desde la Semana Santa de 1987, ocho Presidentes de la Nación.
Sus visiones fueron distintas… socialdemócratas. liberales, conservadores, populistas, pseudos izquierdistas, …. pero ninguno abordó el problema de la decadencia moral y espiritual del pueblo y la relación de dependencia que este sistema impone.
Los mismos objetivos del Operativo Dignidad planteados en aquella Semana Santa hoy siguen vigentes.
En tal sentido el MODIN en su Convención Nacional extraordinaria llevada a cabo el 6 de abril en la ciudad de Rosario, Provincia de Santa Fe, ha resuelto la concurrencia a elecciones para Presidente y Vicepresidente de la Nación con candidatos propios.
Asimismo ha dictado su plataforma electoral que entre otros puntos expresa: “la necesidad de la unión nacional, no como mera retórica. Tampoco como "unidad contra nadie" que la convierte en una consigna hueca y falsa, sino como concreta consigna de unión frente a los enemigos de la Nación y del Pueblo, internos y externos, hoy enquistados en la vida política y económica del país”.
El documento reconoce “la misión trascendental del hombre, que debe ser preservada por el Estado, tanto del acoso de los ideologismos como del materialismo. Asimismo, debe protegerlo de la penetración de pautas culturales ajenas, que encuentran en los medios de comunicación masiva, un formidable instrumento para concretarla. El hombre argentino requiere libertad espiritual para desarrollar su creatividad, autenticidad y responsabilidad.”
Por tal motivo la Plataforma del MODIN adhiere a la “INICIATIVA CIUDADANA POR UNA LEY DE RADIODIFUSIÓN PARA LA DEMOCRACIA” y el acceso al menos del 33% de frecuencias, en todas las bandas, para las organizaciones libres del pueblo”.
Asimismo la Convención Nacional del MODIN reafirmó como principio de acción política y social del partido la “Doctrina Social de la Iglesia” y reafirmó que “defendemos la vida desde su concepción y rechazamos toda forma de impedir su vigencia y desarrollo”.

Tcnel. (RE) Enrique Venturino
011 155 2474970